A lo lejos contemplo un brote de componentes que inundan el cielo como si quisieran adherirse a una forma elíptica. La libertad de las partículas tropieza con esta definición.
Abajo, desde cualquier punto se abre una apertura donde nacen inmensas unidades que alguna vez estuvieron guardadas. El aire se convierte en una mínima fuerza que las desplaza, las ordena y las modela como una forma extraordinaria.
Este origen se sitúa en un plano aséptico de heridas que una vez fluyeron.